¿Qué es la dualidad?
¿De qué se trata la dualidad?
¿Podemos ver más allá de la dualidad?
¿Existe la no-dualidad?
¿Podemos vivir en no-dualidad?
Cuando pensamos en dualidad solemos pensar en bien y mal, correcto e incorrecto, verdad y mentira. Estas serían algunas de las formas creadas por la dualidad, pero hay otras.
Estamos tan acostumbrados a vivir en la dualidad que muchas veces no nos percatamos de ella. Tomamos por sobreentendido la necesidad de que existan las polaridades, definimos nuestra experiencia, nuestra forma de vida, nuestros principios y valores de acuerdo a diferentes filosofías basadas en conceptos duales.
La dualidad nos mantiene en la ilusión de que merecemos la vida que tenemos tal cual es. Es la ilusión de estar separados, nosotros y los otros, la divinidad y nosotros. Es la ilusión de que necesitamos el mal para discernir el bien. Es la que nos hace creer que necesitamos experiencias de las cuales aprender. Es la que define todo como mejor y peor, el camino del bien y el camino del mal.
Nada de esto es una Verdad, es parte de esta ilusión creada a través de una visión filtrada por la dualidad. Nos acostumbramos a darle un sentido a la existencia a través de la dualidad.
Aprendemos técnicas que nos dan una ilusión de control, entender la ilusión para poder manejarla según nuestra voluntad, deseos, necesidades. El poder manejar nuestro lugar y crear según queramos puede ser un paso importante en la evolución. Sin embargo, seguimos estando en la ilusión.
Cuando caminamos el camino a la Ascensión empezamos a discernir los conceptos duales, ya que el mismo camino es el que va despejando los velos que crean estos filtros. A medida que avanzamos en el proceso vamos descubriendo diferentes virtudes, algunas de las cuales traemos de nuestro pasado y se mantenían tapadas por estos mismos velos. Una de las virtudes es la Compasión. Conocemos la compasión como sentimiento, como forma de obrar, un comportamiento compasivo, pero conocemos menos su esencia como Virtud.
La Compasión no ve las polaridades, por ende no hay juicios. Las diferencias son simplemente diferentes aspectos de lo mismo.
Un movimiento es un estado de dualidad. Permaneciendo en Quietud estamos en un estado no dual.
Algunas formas de dualidad son:
• Femenino / Masculino
• Bien / Mal
• Ricos / Pobres
• Puedo / No Puedo
• Éxito / Fracaso
• Mental / Emocional
• Lemuriano / Atlante
• Norte / Sur
• Pasado / Futuro
• Vivo / Muerto
• Sano / Enfermo
• Nosotros y los demás
• Los de arriba y los de abajo
• Hay mejores y peores
Viviendo en dualidad, nos alejamos de quienes Somos, nos creamos personajes y nos creemos esos personajes. Se crean distracciones que nos alejan de nuestro Plan Original.
En el proceso de la Ascensión se despierta el don del Discernimiento, el cual nos permite diferenciar entre nuestra existencia en el Planeta y quién verdaderamente Somos en nuestro Reconocimiento.
El proceso a la Ascensión requiere ir más allá de la ilusión, encontrarnos con nuestra Verdad, aquella que dice que «Nada de lo que has hecho hasta ahora define quién Eres».
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